Unicef se dedica a la lucha contra la pobreza infantil y, por supuesto, conseguir aportaciones y socios es el camino convencional para conseguirlo. Pero en este caso, el problema era otro.

Las ayudas al desarrollo estaban a punto de ser rebajadas de forma drástica.

Por eso el objetivo de este spot era diferente: necesitábamos despertar conciencias sobre este hecho, si las ayudas paraban la historia de muchos niños iba a terminar. Su vida no continuaría y todo lo conseguido en los últimos años no habría servido para nada.

En una época en la que change.org no era una herramienta de uso común buscábamos precisamente eso, firmas, para poder presionar al gobierno y hacer pública la situación.

El resultado fue muy bueno, pero no suficiente: aún hay muchas historias que paran antes de tiempo.